Presentación:
Las zapatillas limpias un sábado a la mañana son imposibles, le dice, risueño, a una compañera varios años mayor. No puede estar sin hacer nada cuando ve que las cañas que suben al micro son rústicamente largas y un tanto dobladas, como si las hubieran arrancado de cuajo del suelo fértil que oportunamente dio vida a un tupido cañaveral ubicado cerca de su casa. Las botellas de pepsi con agua congelada, dentro de congeladoras rojas y blancas y una bolsa con las remeras nuevas le resultan pesadas al subir los tres escalones. Luciano ha decidido abandonar momentáneamente su doctorado para trabajar en una consultora que realiza, entre otras cosas, estudios electorales. El viento está calmo y el cielo celestísimo. Al subir se le caen, lentamente, una, dos, tres, cuatro monedas grandes de dos pesos que llevaba en su pantalón; pero no reacciona; sólo siente, de súbito, en ese preciso momento, que ahora, como nunca jamás antes, le importa poco, muy poco, o tal vez, orgullosamente no le importa nada perder dinero, ni siquiera si tuviera la suma de las riquezas de las naciones en sus agujereados bolsillos, porque, después de todo, ya tiene lo único que importa tener en la vida: la pertenencia al Partido Político.
Cuál:
El Príncipe Moderno de Antonio Gramsci. Para leer después de una movilización.
Palabras importantes:
Campo nacional, Maquiavelo, hombres comunes, Estado Mayor.
Cita:
"El elemento de cohesión principal, centralizado en el campo nacional, que transforma en potente y eficiente a un conjunto de fuerzas que abandonadas a sí mismas contarían cero o poco más. Este elemento está dotado de una potente fuerza de cohesión, que centraliza y disciplina y sin duda a causa de esto está dotado igualmente, de inventiva (si se entiende "inventiva" en una cierta dirección, según ciertas líneas de fuerzas, ciertas perspectivas y también ciertas premisas). Es verdad también que un partido no podría estar formado solamente por este elemento, el cual sin embargo tiene más importancia que el primero para su constitución. Se habla de capitanes sin ejército, pero en realidad es más fácil formar un ejército que formar capitanes. Tan es así que un ejército ya existente sería destruido si le llegasen a faltar los capitanes, mientras que la existencia de un grupo de capitanes, acordes entre sí, con fines comunes, no tarda en formar un ejército aún donde no existe."
Completo acá.

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